No es mi intención sembrar la duda ni arar en la polémica sobre lo que es en sí la práctica del diseño gráfico, ni mucho menos ser el pontífice sobre lo eminentemente formal que pueda ser la enseñanza del Diseño Gráfico. Pero si me gustaría hacer algunas consideraciones.
Si bien el Diseño no es Arte, se comporta como tal al ser de las entrañas de quién lo propone, no sin antes recordar que deja permear una faceta bastante comercial sobre la subjetividad misma. Un buen diseño no es el más costoso, ni es el que pueda tener mayor fundamento teórico como elemento de soporte al momento de sustentarse, debe cumplir con una serie de causas que le hagan efectivo ante la multitud, quien es al final el juez supremo de todo tipo de propuestas. Un buen diseño debe articular mucha información proveniente de fuentes tan dispares que a veces no nos percatamos de su eficiencia sino hasta que este se hace público. Un buen diseño no debe ser fruto de la casualidad, o de un momento de inspiración que llegó a través de las musas. Un buen diseño debe analizar muchas variables estructurales que conduzcan a un resultado esperado, sin embargo caso se han visto, que por más análisis y estudio que se invierta en el desarrollo del concepto que se deba proyectar, a veces en la etapa final hay fallas, y no precisamente por entera responsabilidad del gestor de la propuesta, acá también intervienen factores ajenos al éxito, que mucho mas adelante estudiaremos. Enseñar a pensar en términos de buen diseño, o al menos del diseño que será consumido por una multitud ávida de conceptos frescos, no es sencillo.
Y no lo es, porque no se puede aconductar a los estudiantes a pensar como quién los forma, de lo contrario se terminaría perpetuando un mismo nivel de creatividad, manejo de estructuras de pensamiento, desenvolvimiento técnico, lo cual redundaría en el estancamiento del oficio como tal sin marcar ningún tipo de evolución. La enseñanza del diseño se debe plantear como un ejercicio en donde al estudiante se le guíe, mas no se le resuelvan todos los interrogantes, de tal manera que se le obligue a buscar otras fuentes primarias en donde nutrirse como sujeto intelectual, se le debe enseñar a reconocer la evolución de la profesión tomando como referente las señales de cambio, cuando estas se presenten, se debe enseñar a transgredir normas que suelen caerse de su peso por la obsolescencia de sus postulados, se le debe enseñar a identificar pautas comunes de notoria influencia, y prepararle para tener una percepción integral a través de sus 5 sentidos, porque erradamente se cree que sólo la visión es el sentido que más se debe desarrollar si se desea adquirir notoriedad durante el ejercicio de este oficio.
La historia es también un capítulo importante, ya de ella surgen los paradigmas que suelen repetirse de manera cíclica, pero en cada repetición siempre se observan renovaciones e incorporaciones de muchas índoles.
El análisis de situaciones que en algún momento tuvieron repercusión e impacto en práctica de la carrera, considero que también es necesario sobre todo si éstas han tenido un buen momento y han sido replicadas con notorio éxito en contextos decisivos. Ello sin abandonar las prácticas convencionales frente a los modelos pedagógicos existentes, ni a la influencia cada vez más extensa de las nuevas tecnologías. Basta recordar que el computador es un artilugio de reciente incorporación a la vida moderna, pero se viene practicando Diseño, en todas sus disciplinas, incluso desde los albores de la humanidad, y que por tanto no es la panacea que todos deban admirar.
Termino diciendo que también es necesario aumentar la autoconfianza que el estudiante se pueda tener, porque es necesario para que vaya consolidando su propio criterio y llegue a tomar sus propias decisiones una vez que haya concluido con su etapa de formación.
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