DISEÑO EN COLOMBIA

Hablar del Diseño Gráfico en Colombia, siempre generará contradicciones, puntos de vista a favor, otros en contra, porque es difícil unificar criterios en torno a este tema.
Cierto es, y para nadie es un secreto que la práctica del diseño en este país, es en sí mismo una contradicción permanente, debido a múltiples factores que comenzaremos a analizar por fragmentos.
Uno de ellos es la incultura frente a lo que se conoce como Diseño, por parte de un volumen muy grande de la población del país, teniendo en cuenta que específicamente la parte gráfica es en un alto componente una practica urbana.
Debido a las migraciones de gentes del campo a la ciudad, en las últimas generaciones a partir de la década de los 50s, muchas ciudades fueron saturando su capacidad de crecer progresivamente en orden, y se dio un proceso de urbanización cultural forzado, lo cual condujo a que un numeroso porcentaje de la población se preocupara de otros aspectos más vitales como la supervivencia en las grandes ciudades, y conformándose con una educación proporcionada por el estado, a veces en condiciones desventajosas, frente a aquellos que ya siendo individuos urbanos, podían acceder a otro tipo de cultura, mas citadina, más cosmopolita, y si se quiere, más internacional.
La gente que apenas lucha por sostener su modus vivendi en la ciudad -porque no hay mas alternativas- trae consigo unos requerimientos más simples, perpetuándolos en un ecosistema del que es complejo salir, y del que es llamado a ser mayoría, pues, sin duda son las clases menos favorecidas las que crecen a un ritmo vertiginoso, comparado con las que no lo son.
Esto permite que las condiciones culturales vayan a otros ritmos, mas lentos quizás, y haya cierta afinidad a lo que ya se trae, a lo que está arraigado en el colectivo popular a través de las generaciones. Al ser mayoría e la población, también es mayoritaria la ignorancia frente a procesos, que como la estética, requieren de una visualización a través de la historia y de la praxis, no solo de la intuición. Es aquí cuando se observa que una gran parte de la población al ser "inculta", -al no poseer acceso a otras fuentes-, subvalora lo que en otras atmósferas puede ser considerado estético, moderno, o vanguardista, y le asigna valores de apreciación que no corresponden a los esfuerzos de quienes los proponen, por equipararlos como irrelevantes, no necesarios, o simplemente desechados por estar a la misma estatura intelectual de quien juzga esos resultados.
Sin duda hace falta una mayor educación de las bases de la población, porque lo que propone el Diseño, que es un acercamiento hacia el buen gusto, con características híbridas entre arte y funcionalismo, sea aceptado por esa masa vacilante, que por desgracia tiene unos paradigmas extraídos de sus mismas entrañas, con lo que se navega en ciclos al rededor de lo mismo.
Si no se educa a la gente, no se puede pedir que no se valore al diseño. Los diseñadores somos una especie de pedagogos de la cultura del diseño, tenemos una responsabilidad enorme, porque solo así, la gente aprende a valorarle.
En esas circunstancias, que alguien se atreva a publicar sobre Diseño en general, es ya un logro, Desde hace un buen rato la gente de PROYECTO DISEÑO, viene haciendo un esfuerzo gigantesco para que este propósito sea una realidad... para que la gente aprenda a valorar el trabajo tan grande que hay en esta profesión, tan digna y respetable como lo es cualquier disciplina humanista o científica, y que no se conforme con soluciones superficiales, sino de fondo y con buen criterio.

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