Amada por unos, denostada por otros, la gráfica popular es para muchos, sinónimo de imágenes absurdas, conceptos grotescos, faltas a la ortografía, y por lo general cosas mal hechas.Hay para quienes, es causa de hilaridad en donde quiera que se encuentre, porque para conveniencia o desgracia, ejemplos de estas características se encuentran por doquier en las calles de nuestro amado país.La mayoría de las veces es el fruto del rebusque, de habitantes de un país que tiene en el subdesarrollo su espina dorsal, y son elaboradas con sus mismas manos, con esas que se cometen atropellos al buen gusto. Acá lo de destacar, es la picardía, el ingenio, ante la falta de recursividad gráfica y de conceptualización.El arribo de la tecnología, ha posibilitado que se masifique esta cultura estética, con el agravante, que la misma se perpetúa aún con el uso de esta tecnología, pudiendo realizar trabajos también logrados, pero no....! es la ramplonería, y el facilismo, sumados a la ausencia del buen gusto, lo que hace posible su existencia.Esta es sólo una pequeña muestra de lo que puede ocurrir cuando el computador se vuelve tanto o más peligroso que un arma en las manos equivocadas, en cuanto a la proyección de la imagen o en cuanto a los medios visuales,se refiere.De todas maneras, aún, al llegar recursos tecnológicos cada vez más modernos, la estética en la gráfica popular siempre prevalecerá porque es realizada por gente que no tiene la más mínima consideración frente a la belleza de las formas o el manejo de las tipografías y colores, porque sus consumidores son del mismo talante y origen. Ocurre como con la ropa , la música, o con la arquitectura, puede haber dinero, pero no buen gusto. Como decía Erik Spiekermann, alimentemos a la gente con basura porque es a lo que están acostumbrados y es lo que mas abunda. Y tal vez sea posible ver diseños hechos por la mano del Tino Asprilla.
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